13 mayo 2018

DE ENTRE LAS CENIZAS


Puede que cueste verlo, pero la consciencia colectiva de la humanidad está cambiando a pasos agigantados. No hace muchos años que la inmensa mayoría de la población era ajena a mucha información que nos es relevante, entonces hacían y deshacían a su antojo, nos conducían con facilidad y nos engañaban con simples artimañas. Hoy en día no es tan fácil y muchos movimientos son descubiertos apenas empiezan y se estrellan contra el conocimiento anticipado y la consciencia expandida de un pueblo que, aún necesita madurar, pero ya no es tan fácil de manejar.

Lo podríamos resumir como que antes el péndulo pertenecía por entero a los mandatarios y grupos de poder, pero ahora la población está despertando, no se queda callada, se manifiesta, protesta y empieza a tomar acciones porque se ha dado cuenta que no puede dejar todo en manos de sus gobernantes. El péndulo se está moviendo y el pueblo comienza a asumir lo que siempre fue suyo pero nunca ejerció: que el poder recae en la voluntad de los pueblos y no en unos cuantos que dicen representarlos.

Es cierto que muchos países, la mayoría, están muy mal, y que claramente están gobernados por títeres carentes de humanidad que no trabajan por el bienestar de su pueblo, aunque digan lo contrario. Es cierto que en muchos lugares la pobreza y la miseria, la corrupción y la explotación sin escrúpulos, están llegando a límites que sobrepasa la paciencia de lo soportable y poniendo a prueba el aguante de nuestra dignidad, donde el desempleo, la falta de medios, el hambre, las personas sin hogar, la usura de los bancos, las restricciones legales, la represión policial y la merma de derechos destrozan la convivencia armónica de la sociedad y relegan a los humanos a la condición de esclavos y mendigos que sobreviven con las sobras que caen de la mesa.

Pero en todo lo malo hay algo de bueno y cuando peor son las circunstancias es cuando más aflora las virtudes del Humano. No se puede vivir constantemente contra la espada y la pared, o bien rompes la pared o agarras la espada y se la clavas al enemigo para que deje de seguir matando a tus hijos, a tu familia, a tus hermanos, a tus congéneres. La paciencia tiene un límite y tan solo una gota puede derramar el vaso. El pueblo ya no se calla y está empezando a recobrar su poder, un gigante dormido inconsciente de su fuerza y de lo que es capaz de hacer.

Cada vez son más las voces que se alzan contra el atropello, la injusticia y la inhumanidad, cada vez son más los que abandonan su zona de confort para dar la batalla en todos los frentes y en todos los ámbitos. No se dejen engañar, no somos las ovejas desvalidas que no pueden salir del redil cercado donde los pastores guardan al ganado, no somos sus indefensos esclavos atados de pies y manos. Lo único que se necesita es unión y un propósito común, abrir los ojos y ver lo que nos jugamos, dejar de estar metidos cada uno en su celda mental y contentarnos con baratijas, abandonar nuestras fantasías y esforzarse en lo que merece la pena, priorizar lo que a todos nos beneficia y dejar los personalismos, reconciliar nuestras pequeñas diferencias para ganar un mundo, y con él, nuestra libertad.

Todo es cuestión de consciencia, y sin consciencia no hay responsabilidad para hacerse cargo de lo que hay que hacer, de aquello que a todos nos compete e incumbe, de comprender que todos los humanos nos necesitamos y que si cada uno hiciera su parte el mundo cambiaría en poco tiempo, la Tierra sería muy distinta y construiríamos juntos una nueva Humanidad basada en los principios del Humano justo, libre y verdadero, en sus virtudes que tanto han querido acallar y mancillar. Pero no, luchan contra un imposible, pretenden ocultar el sol que brilla en las alturas y que palpita en los corazones, el sol que ilumina el cielo y que alumbra la tierra.

Este sistema agoniza y tiene las horas contadas, la nueva Matrix ya está resurgiendo de las cenizas y reemplazando a la anterior. Toda la inmundicia está saliendo a la luz para que la veamos y seamos conscientes de ella, para que nos decantemos a favor o en su contra, para que elijamos si estamos del lado de los Humanos o de los demonios, para que de todo ello pueda surgir, como ya está pasando, una nueva Tierra y una nueva Humanidad. De ello nos ocuparemos a partir de ahora, de ir viendo sus bases y fundamentos para construir el futuro que pasó, pues en alguna Línea de Tiempo ya lo conseguimos, solo tenemos que recordar y proyectar ese futuro que se vino a llamar la Línea 42.

Ángel Hidalgo



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