Puede
que cueste verlo, pero la consciencia colectiva de la humanidad está
cambiando a pasos agigantados. No hace muchos años que la inmensa
mayoría de la población era ajena a mucha información que nos es
relevante, entonces hacían y deshacían a su antojo, nos conducían
con facilidad y nos engañaban con simples artimañas. Hoy en día no
es tan fácil y muchos movimientos son descubiertos apenas empiezan y
se estrellan contra el conocimiento anticipado y la consciencia
expandida de un pueblo que, aún necesita madurar, pero ya no es tan
fácil de manejar.
Lo
podríamos resumir como que antes el péndulo pertenecía por entero
a los mandatarios y grupos de poder, pero ahora la población está
despertando, no se queda callada, se manifiesta, protesta y empieza a
tomar acciones porque se ha dado cuenta que no puede dejar todo en
manos de sus gobernantes. El péndulo se está moviendo y el pueblo
comienza a asumir lo que siempre fue suyo pero nunca ejerció: que el
poder recae en la voluntad de los pueblos y no en unos cuantos que
dicen representarlos.
Es
cierto que muchos países, la mayoría, están muy mal, y que
claramente están gobernados por títeres carentes de humanidad que
no trabajan por el bienestar de su pueblo, aunque digan lo contrario.
Es cierto que en muchos lugares la pobreza y la miseria, la
corrupción y la explotación sin escrúpulos, están llegando a
límites que sobrepasa la paciencia de lo soportable y poniendo a
prueba el aguante de nuestra dignidad, donde el desempleo, la falta
de medios, el hambre, las personas sin hogar, la usura de los bancos,
las restricciones legales, la represión policial y la merma de
derechos destrozan la convivencia armónica de la sociedad y relegan
a los humanos a la condición de esclavos y mendigos que sobreviven
con las sobras que caen de la mesa.
Pero
en todo lo malo hay algo de bueno y cuando peor son las
circunstancias es cuando más aflora las virtudes del Humano. No se
puede vivir constantemente contra la espada y la pared, o bien rompes
la pared o agarras la espada y se la clavas al enemigo para que deje
de seguir matando a tus hijos, a tu familia, a tus hermanos, a tus
congéneres. La paciencia tiene un límite y tan solo una gota puede
derramar el vaso. El pueblo ya no se calla y está empezando a
recobrar su poder, un gigante dormido inconsciente de su fuerza y de
lo que es capaz de hacer.
Cada
vez son más las voces que se alzan contra el atropello, la
injusticia y la inhumanidad, cada vez son más los que abandonan su
zona de confort para dar la batalla en todos los frentes y en todos
los ámbitos. No se dejen engañar, no somos las ovejas desvalidas
que no pueden salir del redil cercado donde los pastores guardan al
ganado, no somos sus indefensos esclavos atados de pies y manos. Lo
único que se necesita es unión y un propósito común, abrir los
ojos y ver lo que nos jugamos, dejar de estar metidos cada uno en su
celda mental y contentarnos con baratijas, abandonar nuestras
fantasías y esforzarse en lo que merece la pena, priorizar lo que a
todos nos beneficia y dejar los personalismos, reconciliar nuestras
pequeñas diferencias para ganar un mundo, y con él, nuestra
libertad.
Todo
es cuestión de consciencia, y sin consciencia no hay responsabilidad
para hacerse cargo de lo que hay que hacer, de aquello que a todos
nos compete e incumbe, de comprender que todos los humanos nos
necesitamos y que si cada uno hiciera su parte el mundo cambiaría en
poco tiempo, la Tierra sería muy distinta y construiríamos juntos
una nueva Humanidad basada en los principios del Humano justo, libre
y verdadero, en sus virtudes que tanto han querido acallar y
mancillar. Pero no, luchan contra un imposible, pretenden ocultar el
sol que brilla en las alturas y que palpita en los corazones, el sol
que ilumina el cielo y que alumbra la tierra.
Este
sistema agoniza y tiene las horas contadas, la nueva Matrix ya está
resurgiendo de las cenizas y reemplazando a la anterior. Toda la
inmundicia está saliendo a la luz para que la veamos y seamos
conscientes de ella, para que nos decantemos a favor o en su contra,
para que elijamos si estamos del lado de los Humanos o de los
demonios, para que de todo ello pueda surgir, como ya está pasando,
una nueva Tierra y una nueva Humanidad. De ello nos ocuparemos a
partir de ahora, de ir viendo sus bases y fundamentos para construir
el futuro que pasó, pues en alguna Línea de Tiempo ya lo
conseguimos, solo tenemos que recordar y proyectar ese futuro que se
vino a llamar la Línea 42.
Ángel
Hidalgo
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