Siempre
estuve ahí, a tu lado, aunque tú no lo supieras. Y mientras
jugabas, experimentabas y te caías, yo lo hacía contigo, esperando
que crecieras y te acordaras de mí.
Soy
el misterio que habita en tu interior
detrás
de lo que piensas y sientes,
soy
la fina lluvia, la brisa y el calor
que
acude en tus momentos silentes.
Soy
el oculto pero presente morador
de
toda causa y efecto cualquiera,
me
hallarás en el tenue resplandor
que
se desprende de toda quimera.
Soy
el acertijo que habita cada ecuación
esperando
la incógnita ser despejada,
encontrada
la llave de su prisión
para
inundar la consciencia alada.
Soy
el enigma que es silencio y clamor
cantando
incesante a la existencia,
armonía
de notas, perfume y color
compartiendo
juntos la experiencia.
Soy
el secreto desvelado en la flor
que
se muestra en toda su belleza,
sin
recato, sin ningún rubor,
cuando
ha descubierto su naturaleza.
Soy
simple, sencillo, sin complicación,
pues
aun en la noche estrellada
te
muestro mi luz como gran mansión
por
donde caminas de mi mano agarrada.
Cuando
al fin puedes verme y sentirme, cuando me devuelves la mirada, se
disuelven las sombras que nos separa y un espejo limpio te muestra el
reflejo de tu nítida realidad. Y un fuego prende en tu alma que
nadie podrá sofocar. Es la llama que purifica, es el Espíritu
vivificador.
En
el crepitar de llamas azuladas,
entre
un fuego impoluto y redentor,
arden
las sombras furtivas, taimadas,
alumbrando
un cielo renovador.
Antes
quité de mi estancia el florero
que
adornaba el espacio interior,
solté
el jarrón, bonito, pero traicionero,
y
salí a la pradera donde habita el verdor.
No
soy del negro o el blanco,
tampoco
el gris es mi color,
pues
todo el saber que arranco
antes
que fruto fue flor.
Prefiero
el cielo abierto y azul,
que
morar en la cueva del temor,
prefiero
ser el prófugo del baúl
que
ser de la ceguera su defensor.
En
el crepitar de llamas azuladas,
entre
un fuego impoluto y redentor,
arden
las sombras furtivas, taimadas,
alumbrando
un cielo renovador.
Ahora
estaremos juntos, pero queda mucho por hacer, pues mientras haya
sufrimiento y dolor nuestra tarea no habrá terminado. Y para eso
debes convertirte en un Guerrero... como lo hiciste para llegar a mí.
Ten
cuidado en la batalla, que no te domine la locura de la guerra. Sé
vigoroso pero prudente, sé valiente y precavido, sé implacable pero
justo. Forja tu espada afilada, pero también tu escudo.
Un
verdadero guerrero no es quien mejor mata, sino el que mejor
construye; no es quien se cree más fuerte, sino quien nunca se
rinde; no es quien más golpea, sino quien lucha con honor. Un
verdadero guerrero tiene el Amor como guía, es protector de los
débiles y guardián de los humildes, su lucha es por la Paz, su
guerra es por la Verdad y su cruzada por la Libertad.
Caminan
los Guerreros con paso firme y decidido
por regiones inhóspitas llenas de oscuridad.
Las miradas al frente, los corazones encendidos,
y en el puño espadas forjadas con su Voluntad.
por regiones inhóspitas llenas de oscuridad.
Las miradas al frente, los corazones encendidos,
y en el puño espadas forjadas con su Voluntad.
A
su paso, bestias y alimañas de toda ralea
pretenden su camino frenar,
ejércitos de odio, de vicio y de pelea,
que van cayendo sin cesar.
pretenden su camino frenar,
ejércitos de odio, de vicio y de pelea,
que van cayendo sin cesar.
Tras
de sí, la tierra yerma cobra vida
y flores anuncian la prosperidad.
La música que callaba dormida,
entona cánticos de Libertad.
y flores anuncian la prosperidad.
La música que callaba dormida,
entona cánticos de Libertad.
Cada
uno, un Caballero de la Luz,
con valor y coraje indiscutible,
juntos un Espíritu de infinitud,
que avanza de forma invencible.
con valor y coraje indiscutible,
juntos un Espíritu de infinitud,
que avanza de forma invencible.
Caminan
los Guerreros con paso firme y decidido
por regiones inhóspitas llenas de oscuridad.
Las miradas al frente, los corazones encendidos,
y en el puño espadas forjadas con su Voluntad.
por regiones inhóspitas llenas de oscuridad.
Las miradas al frente, los corazones encendidos,
y en el puño espadas forjadas con su Voluntad.