17 diciembre 2018

DÓNDE ESTÁ LA HUMANIDAD


Vivimos en la era de la información, denominada así porque ésta abunda por todos lados. Internet y las nuevas tecnologías han facilitado que cualquiera pueda tener acceso a la información que desee, desde lo más profundo y cualificado hasta lo más insulso e insustancial, desde la noticia proveniente de un medio de comunicación oficial hasta la opinión y el testimonio de cualquier desconocido. Más que información, existe una sobreinformación, que lleva aparejada un alto grado de excitación, pues, junto con las redes sociales, nos hemos vuelto consumidores compulsivos de noticias e información que impactan en nuestro mental y nos tragamos como golosinas sin ningún valor nutricional, sobrecargando las impresiones y atiborrando nuestra mente, al tiempo que nos atan al tiovivo de la inmediatez, donde todo requiere de nuestra atención, pero nada es importante.


Lo que ayer fue noticia ya apenas importa porque otra novedad ocupa la primera plana, y lo que ahora nos impacta apenas durará unas horas porque otro tema ocupará su lugar. No tenemos tiempo ni de reaccionar porque el tiovivo sigue girando y girando, ni de pensar o de bajarte, porque todos empujan hacia el mismo lado, aunque nadie sabe a dónde va.

Tenemos mucha información, pero nadie hace nada con ella. Sabemos de la corrupción de la política, pero seguimos votando a los mismos corruptos. Sabemos de la manipulación de los precios y la economía, pero seguimos consumiendo y comprando sus productos. Sabemos del engaño y los abusos cometidos por las religiones, pero seguimos profesando el mismo credo. Sabemos de los lobbies y las falsas ideologías de género, pero seguimos consintiendo que colonicen a nuestros hijos y perviertan las familias. Sabemos que atentan contra todo lo más sagrado del ser humano con sutiles palabras y retorcidas maniobras, pero pocos levantan la voz. Sabemos que una cosa es lo que dicen y otra cosa es lo que hacen, pero les dejamos decir y hacer mientras no se metan con nosotros o nos toquen el bolsillo.

Seguimos con nuestras tareas y preocupaciones diarias luchando por sobrevivir, mientras tengamos una zona de confort en la que refugiarnos. Trabajamos, comemos, criamos a nuestros hijos y pagamos nuestros impuestos esperando que un día todo mejore mientras seguimos respirando. Y a veces, es inevitable preguntarse ¿qué más tiene que pasar para que despertemos?

El exceso de información bombardea nuestras mentes y hasta nos vuelve indolentes ante la atrocidad, cayendo en la apatía. Nos hemos acostumbrado a convivir con la mentira, con el abuso, con la corrupción y con la manipulación como algo corriente en esta existencia donde todo el mundo corre sin sentido pero nadie se mueve de su sitio, como un eterno día de la marmota en el que pasan cosas todo el tiempo pero nunca cambia nada. Y uno se pregunta ¿dónde está la Humanidad?

La desconexión es tremenda y en lugar de humanos parecemos autómatas repitiendo una y otra vez el patrón de existencia que nos imponen. Nadie piensa en el prójimo, porque está tan preocupado en sus propios problemas que no tiene tiempo para nada más. Los amigos escasean, las familias se desmiembran y alejan, los compañeros compiten y los vecinos apenas si se saludan. Cada cual pelea por lo suyo intentando sacar la mejor tajada mientras nos dividimos y fragmentamos cada día más. Y uno se sigue preguntando ¿dónde está la Humanidad?

Está claro que no todo es así, pero es lo que más abunda, sobre todo en las grandes ciudades y lugares de masificación, una ingente masa de personas trabajando, corriendo, compitiendo, comiendo y durmiendo que visto desde arriba pareciera un hormiguero atestado de gentes alienadas, ciudades llenas de contaminación y ruido donde está repleto de todo, pero se respira soledad. Y uno se pregunta y se sigue preguntando ¿dónde está la Humanidad?

¿Por qué nos regodeamos en nuestra miserias y permitimos toda la inmundicia exterior que nos quieren imponer? ¿Han notado alguna vez que cuando satisfacemos nuestros propios deseos sentimos un momentáneo placer que luego se vuelve un vacío, pero cuando ayudamos y hacemos felices a los demás lo que sentimos es plenitud y felicidad? ¿Se imaginan cómo sería el mundo, como cambiaría, si los verdaderos humanos se ayudaran los unos a los otros y se unieran en un mismo propósito?

¿Tiene la humanidad esperanza o es un producto acabado que hay que desechar?

Ángel Hidalgo




25 noviembre 2018

EL PERDÓN Y EL DESPERTAR


Cómo pesa la inconsciencia del pasado,
tanto daño que me hice y cometí,
corriendo como loco a cualquier lado
arrastrado por un sonámbulo frenesí.

Hoy contemplo con otros ojos lo andado
y reconozco cuántas veces me perdí,
entre ilusiones, para acabar desolado
sobre abismos y laberintos que recorrí.

Me perdono, me perdono por ignorante,
como perdono las ofensas que recibí,
obras fueron de la inconsciencia del instante
y del pálido reflejo que habitó en mí.

Cómo dar amor o ser buen amante,
si ni siquiera fuera capaz de perdonar,
cómo trascender caminos y caminante
sin saber del desapego y de soltar.

Peregrinos somos en un mundo de prisiones,
persiguiendo mariposas que no pueden volar,
reclusos de nuestras mentes y ensoñaciones
cuando solo tenemos que querer despertar.

Abrir bien los ojos, abandonar las ilusiones,
discernir, sentir y saber escuchar,
reconociendo entre pensamientos y emociones
los que provienen de la esencia y su recto obrar.

Abandonar deseos, albergar inquietudes,
sacrificar fugaces placeres por felicidad,
transformando miserias y alimentando virtudes
en las que reside lo más digno de la Humanidad.

Ángel Hidalgo



10 noviembre 2018

MÁS ALLÁ DEL TIEMPO


El ser humano no solo existe en un espacio euclidiano de tres dimensiones, sino que percibe una dimensión más que es el movimiento de los cuerpos en el espacio, algo que conocemos como tiempo. ¿Pero qué es el tiempo en realidad? ¿Estamos atados al tiempo o es posible escapar de él? ¿Es el tiempo ese tirano inflexible que dicen que nunca perdona o aquel justo y misericordioso que dicen que todo lo cura? ¿El tiempo juega en nuestro favor o en nuestra contra?

Si hay algo seguro, es que el tiempo pasa de manera inexorable, y ésto se puede ver como un suplicio o como una bendición, pues al fin y al cabo somos nosotros y nuestra percepción quien califica, matiza y da sentido a la realidad que nos contiene. No cabe duda que vivimos en una realidad que está regida por unas leyes que parecen inmutables: un cuerpo tarda un tiempo en ir de un lugar a otro distante, después de la noche llega el día, después de la primavera viene el verano, y después vendrá el otoño, para terminar en el invierno y renacer de nuevo con la primavera; con los años los cuerpos crecen, maduran, envejecen y mueren. Todo ello enmarcado por el paso del tiempo, ese observador silencioso, pero incesante, que nada deja quieto y todo lo mueve sirviendo a algún propósito secreto esperando ser descubierto.

Dice la sabiduría popular que el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio y a cada cosa en su lugar, pero si bien en nuestra corta y acotada existencia hemos podido tener algunas pruebas de ello, la verdad es que no siempre ha sido así, al menos en este mundo y en nuestro limitado espacio de observación.

Se habla mucho de la manipulación del dinero como creador de deudas, de las religiones como formador de creencias desviadas, o de ideologías como generador de políticas y partidos enfrentados; pero poco se habla de la manipulación del tiempo como paradigma que nos encadena y esclaviza: el tiempo que se ha impuesto como una forma de vida y nos consume, el tiempo al que estamos atados para cumplir unos horarios preestablecidos, siempre pendientes del reloj, de la entrada y salida al trabajo, el tiempo como cantidad de esfuerzo para obtener un salario, el tiempo como cumplimiento de tareas, comidas y reuniones, y también el tiempo como medida que tenemos para nuestra salvación.

En todas las épocas se habló de lo cerca que estamos del final de los tiempos. En todas las religiones han amenazado con el apocalipsis, la condenación y la salvación, el cielo y el infierno, los justos y pecadores, la recompensa y el castigo como forma de control para que nadie se saliera del rebaño porque el fin era inminente, y dentro del redil estarían a salvo cumpliendo con los mandatos y preservando así su autoridad por sobre la mayoría. Y no niego con esto que no vendrá un final para dar lugar a un nuevo comienzo, sino que a lo largo de la historia ha sido usado ese final de la humanidad como “la ira de Dios”, como herramienta del miedo y como un medio de control. Pero también nos encontramos, es justo decirlo, con el otro extremo, donde nos venden ese final y cambio de humanidad como si fuera la panacea a todos nuestros males y que solo tenemos que esperar porque, con su llegada, todos seremos salvos sin importar que lo merezcamos o no. Como siempre, el centro equilibra ambos polos, y en él se encuentra la virtud y la verdad.

Lo cierto es que el tiempo no es culpable de nada, ni tampoco es nuestro benefactor, pues, como ha quedado expuesto, el tiempo es solo el movimiento en el espacio, y es ese movimiento con su dirección y propósito marcado, quien determina a dónde vamos y qué cosecharemos, pues es a cada paso y con el compendio del camino recorrido como construimos nuestro destino.

Por encima del tiempo está la consciencia, que es el verdadero parámetro de la realidad y quien en verdad determina el rumbo de nuestras vidas. Nuestra consciencia es quien finalmente elige y decide con su voluntad hacia dónde se encamina, se esfuerza y construye, cosechando aquello que sembró por el camino. Lo que más nos cuesta es hacernos responsables de nosotros mismos asumiendo nuestras miserias y virtudes para dar un rumbo cierto a nuestra existencia, sin culpar a nadie, sin buscar salvadores, salvo a aquel que llevamos dentro.

Ángel Hidalgo





13 octubre 2018

El Gran Evento


Ante la inmensidad del universo este planeta viene a ser como una mota de polvo suspendida en el espacio, algo minúsculo e insignificante si atendemos a su tamaño y proporción dentro incluso de la galaxia, pero vista más de cerca es una joya en orden a su posición, naturaleza y diversidad, un planeta cuyas condiciones de vida tan variadas y multifacéticas resultan difíciles de igualar.

En verdad que, como nave y hábitat para el desenvolvimiento de la vida, lo podríamos comparar con una preciosa esfera azul que acoge y contiene una gran reserva multiespecies que evolucionan y cohabitan entre sí. Y en ella se encuentra el ser humano, supuesto guardián del planeta y representante de la especie más evolucionada que alberga la consciencia, dudoso honor y responsabilidad que aún hoy tiene la gloria de ostentar, aunque pocas veces de merecer.

Hay quienes piensan que el ser humano es así y que la historia está llena de ejemplos de su maldad, de su afán conquistador y dominante, de su naturaleza belicosa, ambiciosa y competitiva; pero lo cierto es que esa no es su naturaleza, sino que un sistema perverso y manipulador se ha encargado de establecer e inculcar desde su nacimiento unos cánones o patrones perniciosos para deformar y reconfigurar una existencia alejada de lo natural y controlada por unas élites ¿Pero qué se puede esperar de quienes no son humanos sino oscuras entidades que nos usan como esclavos productivos, como soldados y carne de cañón, como ganado que conducen al matadero?

El ser humano fue creado para la gloria, para manifestar la luz de su consciencia y como avatar del espíritu de su Ser. En su naturaleza original y primigenia, si tuviera la tierra fértil del genuino Amor y el abono del verdadero conocimiento, no cabe duda que convertiría todo cuanto toca en un paraíso de abundancia y prosperidad, con la ayuda mutua, con la empatía con su prójimo, con la cooperación en armonía y unión.

El ser humano fue creado para la grandeza de la Creación. Solo debe negar la sombra que lo envuelve y somete no escuchando sus mentiras, pero se dejo seducir por oscuras entidades con sutiles manipulaciones, se olvidó de su herencia y persiguió las ilusiones cual hijo pródigo que abandona su hogar. Ese fue su único pecado, no reclamar su derecho divino y dejarse embaucar. Pero en su interior, aún habita el germen de su gloriosa esencia, de su naturaleza divina y su potencial creador, pues la oscuridad tiene un límite fijado más allá del cual no puede pasar, porque no le será permitido. Y la luz se abre paso sin cesar en cada corazón y en cada estrella, con cada latido y respiración... Y llegará el Gran Evento.

Y este tiempo pasará, como pasa la tormenta, como pasan las nubes grises que impiden ver el sol, como pasa la noche oscura cuando despunta el alba, como pasan las pesadillas cuando canta el gallo del despertar... Pero este tiempo pasará.

Atrás quedarán las guerras, los engaños, robos y mentiras, el abuso, el maltrato y la manipulación. En el nuevo cielo resplandecerá la Verdad que se abrirá paso en nuestros corazones como una llama que todo lo consume. El cristal del entendimiento se limpiará para reflejar el conocimiento del pasado y la gloria del futuro construida en el presente, y una suave brisa se alzará anunciando el espíritu manifestado.

El control de miles de años caerá en un suspiro, como un castillo de naipes, como la torre fulminada por el rayo. Y en poco tiempo la Humanidad se levantará para asumir con responsabilidad su propósito y misión como depositarios de la Consciencia del SER, guardianes de Gea y protectores de la Vida.

Y el Humano quedará frente a su Humanidad. Y los recursos serán compartidos por todos sin dejar a nadie atrás, no habiendo nada por lo que pelear y mucho por construir, con el goce y el disfrute de convivir en una existencia armónica llena de matices y oportunidad, abriendo nuevos caminos, expandiendo las fronteras y explorando nuevos mundos como verdaderos Seres Humanos, como la vida consciente del universo.

Ángel Hidalgo



28 septiembre 2018

ENCONTRANDO


Somos más de lo que parece los que no encajamos en este mundo de injusticias y sinrazón. Soy uno más que así lo sentía y busqué. Busqué para llenar vacíos, busqué para hallar respuestas y busqué para encontrar un sentido que diera un rumbo y propósito cierto. No de deseos vanos ni fantasías, o de efímeras satisfacciones, sino algo verdadero, algo real. Todo respondía a un anhelo profundo del interior que me llevaría a las puertas de quién soy en realidad, pues en el fondo me estaba buscando a mí mismo, solo que en un mundo extraño, duro e inhóspito, donde había otros como yo, pero muchos parecían haber perdido ese impulso que me animaba, o bien lo tenían adormecido, pues se afanaban diariamente en menesteres y placeres temporales que no eran de mi interés.


Pronto descubrí que no sería fácil, que podría pasarme toda la existencia buscando y perderme en el laberinto de teorías, libros, creencias, filosofías y doctrinas varias. Descubrí que había muchos buscadores ávidos de conocimiento, pero también mucho embaucador que se aprovecha de la gente y su necesidad para convertirlo en un negocio, sea dinero, poder o adoración, algo que sentía era incompatible recordando la frase “por sus frutos los conoceréis”.

Algo tenía claro, y es que no quería ser un eterno buscador, pues comprendí que el mundo estaba llenos de ellos, pero pocos habían encontrado de verdad, pues muchos solo habían adoptado las frases y fórmulas de otros pero no habían encontrado por ellos mismos. No es que lo que dijeran no fuese interesante, pero si no se estudia, se trabaja, se integra y se convierte en conocimiento propio en base a su aplicación en la práctica y llevado a la experiencia, nunca llega a ser sabiduría.

El que sabe, el que encuentra, no es porque haya leído mucho y posea una biblioteca entera, eso es solo acumulación de información, incluso lo podríamos llamar conocimiento si se ha comprendido e integrado; pero la sabiduría es otra cosa, es la aplicación del conocimiento en la práctica y la experiencia, transformando universos, tanto internos como externos, produciendo alquimias y creando realidades nuevas que mejoren la vida y su entorno.

No quería ser un eterno buscador, sino un encontrador. Y no es que el que encuentra haya terminado su búsqueda, pues el aprendizaje continúa, sino que ha conseguido sus certezas, algo necesario para seguir encontrando. Pero para ser un encontrador tenía que estar dispuesto a trabajar sobre mí mismo y llevar a la práctica aquello que mi discernimiento validaba como necesario: observación constante, un centro de gravedad, consideración hacia el prójimo, impecabilidad, coherencia, etc. Todo es a base de esfuerzo, pues sin consciencia no hay nada, es la que da dirección y propósito al trabajo con las energías, materia prima de todo lo creado. Y para alcanzar consciencia hay que dominar el ego, el enemigo interno que nos boicotea e impide acceder a la Consciencia del Ser.

Acallar al ego y sofocar sus deseos es nuestra tarea más dura, pero también la más productiva cuando atendemos a las necesidades del Ser. Ese ego nuestro que no puede ser eliminado, porque es parte de nosotros, es un programa que nos sirve para relacionarnos con el mundo exterior, pero si puede ser domado, unificado, dominado y atado en corto para que obedezca la voluntad del Ser, transformando las miserias en virtudes.

El trabajo es interior para que pueda tener reflejo en el exterior. Todas las posibilidades están a nuestro alcance pero hay que asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos, palabras y actos. Todo lo exterior lo han puesto para evitarlo, toda la manipulación, todo el control, todas las mentiras y engaños están pensados para dividirnos y alejarnos de nuestra realidad más íntima: la de conectar con nuestro SER, lo más precioso de la Creación. Porque ante Él no tendrían ningún poder, ningún control, ninguna defensa posible, porque donde el ego mira monstruos gigantes el Ser ve pequeñas hormigas.

Ángel Hidalgo 


12 agosto 2018

ENSEÑAR APRENDIENDO


Hace tiempo que comprobé que la mejor manera de enseñar es aprendiendo y cuando no se aprende y solo se pretende enseñar es que te has quedado anclado en el tiempo, porque la vida es constante movimiento. Es por eso que un río está vivo y una charca se pudre y acaba muriendo.

El movimiento produce los cambios, y con los cambios vienen las experiencias. De las experiencias se aprende o terminas repitiendo. O sea, que aprender es necesario para seguir evolucionando, expandiendo, creciendo. Si dejas de aprender y en algún momento te plantas y crees que ya sabes lo necesario, te engañas, te mientes a ti mismo, te aposentas en un lugar de confort virtual intentando vivir de las rentas, mientras la vida sigue su curso.

Claro que llega un momento en que consideras que tienes algo que aportar. En eso consiste el conocimiento y la evolución, en un intercambio de ideas y descubrimientos para bien de todos y la humanidad. Y cuando crees que ves algo que los demás no ven es lógico y natural que lo quieras compartir, especialmente si crees que están siendo engañados, manipulados y conducidos para servir a otros intereses que no son suyos, que no son nuestros, que no son humanos. Como también es lógico y natural que te duela ver a los que sufren, a los desposeídos, a los que encierran, a los que someten, y sientas quebrarse el alma cuando chillan, cuando gritan, cuando claman justicia y ésta nunca llega, ni sacia, ni equilibra, ni consuela. Pero luego dan una justificación, una excusa, unos motivos que muchos tragan y vuelta a empezar. De nuevo nos engañan y vuelven a manipular y muchos son los que les siguen y defienden ciegos de ignorancia y control.

Pero esto de querer compartir o ayudar a llevar luz a los demás no es tan fácil como en principio pudiera parecer. Es entonces cuando nos damos cuenta lo difícil que es crear consciencia, la cantidad de obstáculos que hay que vencer y la cantidad de enemigos que debes enfrentar. No solo los externos que son más fáciles de ver, sino también los internos que hay que desmontar. Por eso se habla del guerrero, no por una cuestión romántica ni de enaltecimiento místico, sino por una cuestión de necesidad. Pues deberás convertirte en un verdadero Guerrero para poder enfrentar a los demonios en su terreno y con todos sus recursos, enfrentar a toda la programación establecida y enfrentar hasta a los más cercanos que nos rodean que se pondrán en tu contra. Todo ello para tener siquiera unas pocas posibilidades de éxito, arañando trocitos a la oscuridad, pero con la certeza y la satisfacción de hacer lo correcto. Habrás de convertirte en un guerrero o sucumbir, porque a menudo estarás solo, sin más ayuda que tu entrenamiento, tu voluntad y tu espíritu, y en contra, todo lo demás.

¿Es muy alto el precio? Claro que sí ¿O es que creías que con solo ver un poco más allá te regalaban la libertad? ¿Es que creías que con conocer de conspiraciones, entender de manipulaciones, ver parte del engaño, ya no serás manipulado ni engañado? ¿Todavía desconoces que el gran error es querer vencer enemigos externos sin antes haber enfrentado y dominado al más feroz y encarnizado que se encuentra en tu interior?

La libertad no se regala, la libertad se conquista a base de esfuerzo y trabajo interior. Entonces, apenas empieces a sentirte libre de tus cadenas, es cuando estarás preparado para romper la de los demás, comprender al que sufre y aliviar su dolor.

Ángel Hidalgo



22 julio 2018

EL FUTURO ES AHORA

Uno de los peligros de hablar del futuro y la Nueva Humanidad es pensar que todo pasará en algún día lejano, que no seamos capaces de sentirlo ahora y lo tomemos como una posibilidad remota que puede gustar o no gustar, creer o no creer, pero que terminamos dejando en el fondo de un cajón mientras seguimos con nuestra rutinaria existencia, haciendo lo mismo que ayer y sin que nunca pase nada. No nos damos cuenta que el futuro es tan improbable como nosotros queramos y tan posible como lo decidamos, y que si todo nos parece que sigue igual es porque nosotros lo permitimos.

Todo futuro probable, desde el más bueno hasta el más malo, está contenido en cada uno de nosotros, aquí y ahora, en cada elección, decisión y acción que tomamos, y solo necesita ser proyectado para que se convierta en realidad. De nosotros depende lo que decidamos manifestar, pues lo que nos cuesta entender es que ese futuro no es algo que está viniendo hacia nosotros y solo hay que sentarse a esperar, sino que es una simiente de posibilidades a plantar, regar, abonar y permitir crecer para construir lo que queramos dentro de nuestro gran potencial y genuina Humanidad.

Lo que no cabe duda es que cada uno vive en su propio universo, de acuerdo a sus pensamientos, ideas y creencias a las que da cabida y alimenta. Quien piensa en negativo todo lo verá negativo, con resignación, y quien piensa en positivo podrá cimentar y construir lo positivo, es una simple cuestión del principio de afinidad que nos dice que lo semejante se atrae y que los opuestos se repelen.

Claro que no se trata de dejar de ver y percibir toda las miserias que tenemos y existen a nuestro alrededor, pero tampoco hay que dejarse abatir por ellas con derrotismo, sino que las miserias hay que convertirlas en acicates para la lucha y el cambio, otorgándonos la facultad de crecer y evolucionar, de mejorar tomando las decisiones adecuadas y emprendiendo las acciones precisas para trascender y superar las dificultades.

Igual pasa en lo colectivo, ya que si suficientes humanos piensan, demandan y accionan en pos de un mundo mejor, éste terminará manifestándose más tarde o más temprano, pues la maldad no prevalece porque los que la ejercen son mayoría, sino porque otros muchos lo permiten.

Entonces la pregunta que tantas veces se hace es ¿cuándo ocurría el Evento que dará paso a ese futuro de la Humanidad? Y la respuesta es bien sencilla: cuando la humanidad accione. Es así de simple y claro, porque ya se están dando todas las condiciones para el cambio de humanidad se produzca, tanto en frecuencia, energía y vibración, hasta la tecnología disponible sumaría en ese proceso si se utiliza con consciencia y responsabilidad. Lo único que falta es que el ser humano decida dar el paso, tome las riendas de su existencia y accione para liberarse de sus cadenas. ¡Qué ironía! Lo único que falta es que el esclavo quiera ser liberado.

La Línea Temporal 42 de la Nueva Humanidad será una realidad sí o sí, pero las preguntas que debemos hacernos son otras: ¿estoy en consonancia con dicha línea o mi realidad es otra? ¿He decidido y estoy tomando acción por la Línea de la Humanidad o me he quedado anclado en otra línea menos que humana por desidia y conformismo? ¿Seré un cosechado de los demonios o lucho a diario por mi soberanía y libertad? ¿Todavía espero que alguien me salve o me esfuerzo por mi liberación? ¿Mi pertenencia es hacia una Humanidad verdadera, libre y justa o hacia el sistema que quieren imponerme? ¿Estoy colaborando con esa Humanidad o soy un simple espectador que espera que alguien se acuerde de él y lo recoja? ¿Soy parte de este viaje remando en la dirección correcta o soy un peso muerto, un pasajero dormido que ni sabe a dónde va?

Y aquí viene la pregunta de siempre: ¿qué tengo que hacer? Pues si todavía no se encuentra la respuesta, es que nunca se ha buscado de verdad. Tampoco las justificaciones mentales sirven cuando el corazón lo grita y solo tienes que escuchar. Puedes seguir dudando y existir sin más o puedes mirar dentro de ti, sentirte, reconocerte, y empezar a Vivir. El futuro empieza ahora.

Ángel Hidalgo



07 julio 2018

VIVIR EN LA NUEVA HUMANIDAD

En verdad que resulta difícil transmitir cómo será vivir en la Nueva Humanidad sin que parezca la imaginación desbordada de un ingenuo infante o las fantasías de un loco. Si expusiera un panorama general con todas las maravillas que nos aguardan como Humanos verdaderos, sin remilgos ni cortapisas, seguramente no me creerían y sería tomado como los desvaríos de un enajenado; pues estamos tan habituados a vivir esta farsa y con tan penosas condiciones que muchos hasta han olvidado lo que sentían cuando aún eran niños, cuando el mundo era hermoso y la vida una gran aventura cada día al despertar.

Es una lástima que ese niño interior haya sido sepultado entre tantas capas de programación, de imposiciones, de rigideces, de miserias propias y ajenas, condenándonos a vivir una vida de adulto, con sus penalidades, sus obligaciones, su seriedad y su aburrimiento. Muchos incluso luchan y protestan contra todo lo que consideran una injusticia, una carga y una cárcel, luchan contra el sistema político, luchan contra las religiones, luchan contra el opresivo sistema económico y financiero para que cambie un poco las cosas; pero no se atreven a ir más allá, no se atreven a soñar, no se atreven a vivir su sueño, no se atreven a seguir aprendiendo como niños, a vivir como Humanos, porque lo consideran irreal.

¿Y si les dijera que no es un sueño, que es el recuerdo de un futuro, que existe y ya pasó, que se puede, y que todo futuro recordado sirve para modificar nuestro presente, para tomar las decisiones correctas, para emprender las acciones oportunas?

Pero claro, todo esto es de locos, me he salido de la caja y tengo que volver a mi racionalidad, tengo que poner los pies en el suelo, la vida es lo que hago todos los días: levantarme para ir al trabajo, preocuparme en ganar dinero, alimentar, educar y ayudar a mis hijos, pagar la casa y los impuestos, y sobrevivir de la mejor manera soportando los pesares. ¿Cómo voy a preocuparme en nada más?... Y así aceptamos, nos conformamos, bajamos los brazos y alimentamos y mantenemos nuestra realidad. No queremos aprender que los pies deben estar en el suelo pero los ojos están arriba en la parte más alta para ver más lejos, y el corazón está en el centro para guiar nuestros pasos.

Vivimos en una realidad que no es nuestra, en una Matrix que nos han impuesto y hemos terminado adoptando, una realidad ficticia de la que nos quejamos y renegamos, pero de la que no queremos despertar. Pues despertar no es solo conocer lo que está oculto, no es solo saber de manipulaciones y control, despertar es tomar consciencia y actuar en consecuencia con responsabilidad y coherencia, y eso cuesta, cuesta tanto que lo tratamos de evitar y buscamos a otros que nos enseñen el camino fácil, que nos digan qué hacer, que nos ayuden a despertar, que enciendan la luz, que nos guíen y nos liberen, que ya estamos hartos... Pero cuando alguien nos dice que el trabajo es de cada uno, personal e intransferible, propio y con esfuerzo, enfrentando nuestras luces y nuestras sombras que habitan en nuestro interior, entonces, nos desencantamos, buscamos otra cosa, y rogamos porque alguien, algún día, nos libere y libere a la humanidad.

Y ahora, ¿se imaginan una Humanidad en la que todos hayan despertado, actuando con consciencia y responsabilidad, sin ocultar el conocimiento y con todas las posibilidades para ser Humanos de verdad? ¿Se imaginan una Humanidad compuesta por habitantes con la inocencia de un niño y la sabiduría de un anciano, compuesta por Humanos que viven en paz y armonía, participando todos de los recursos habidos y por haber y compartiendo alegremente tanto lo material como lo espiritual? ¿ Todo ello, además, sin las mentiras del pasado ni la corrupción de los mandatarios, sin padecer un sistema laboral esclavo, sin la falta de los recursos básicos porque a todos les está garantizado, sin carencias de energía o tecnología, sin restricciones de movimiento y fronteras, sin enfermedades provocadas por un sistema insalubre, sin mercados ni corporaciones que manipulen la economía, los productos y servicios, sin entidades financieras que manejen tus recursos, sin guerras ni mercados de armas y drogas, sin tráfico de órganos ni personas, sin artificios que separen por razones de sexo, edad, raza o clase social?

Es decir, si quitamos todo lo que es nocivo y perjudicial, todo lo que nos han impuesto los demonios, todo lo que es inhumano y que solo produce enfrentamientos y división, si ya no existe motivo para competir unos con otros ni causa para enfrentarnos por poseer más que el otro ¿qué quedaría? Pues un nuevo piso de Humanidad para construir un techo tan alto que será grandioso poderlo descubrir. Quedaría el Humano viviendo entre Humanos y sin rastro de maldad, de demonios con sus fabricaciones oscuras de control, abuso y manipulación. Y quedaría una Tierra que acoge a sus habitantes como guardianes de sus recursos, de su flora y de su fauna, de sus secretos y sus misterios que ya no lo serán, de sus civilizaciones internas y de sus visitantes del espacio, del intercambio de culturas y acceso al conocimiento universal. Una Tierra que será el reflejo de un cielo como el que siempre estuvo destinado a ser.

Por eso los invito primero a recordar ese futuro que habita en el fondo de cada Ser, y luego a vivirlo conforme lo sientan, aquí y ahora, en este momento y lugar, de ahora en adelante, tomando las decisiones que deban tomar y las acciones que sean necesarias de emprender, pues no solamente lo estaremos viviendo nosotros como individuos sino que también lo traeremos a manifestación como colectividad, como Humanidad. Y con ello, estaremos cambiando la realidad.


Ángel Hidalgo



30 junio 2018

ESTE TIEMPO PASARÁ


Este tiempo pasará, como pasa la tormenta, como pasan las nubes grises que impiden ver el sol, como pasa la noche oscura cuando despunta el alba, como pasan las pesadillas cuando canta el gallo del despertar... Pero este tiempo pasará.

Atrás quedarán las guerras, los engaños, robos y mentiras, el abuso, el maltrato y la manipulación. En el nuevo cielo resplandecerá la Verdad que se abrirá paso en nuestros corazones como una llama que todo lo consume. El cristal del entendimiento se limpiará para reflejar el conocimiento del pasado y la gloria del futuro construida en el presente, y una suave brisa se alzará anunciando el espíritu manifestado.

El control de miles de años caerá en un suspiro, como un castillo de naipes, como la torre fulminada por el rayo. Y en poco tiempo la Humanidad se levantará para asumir con responsabilidad su propósito y misión como depositarios de la Consciencia del SER, guardianes de Gea y protectores de la Vida.

El detonante será la acción de la masa crítica conseguida, cuando la consciencia en expansión alcance el punto de no retorno y el Humano se empodere de su esencia y virtudes, pues ningún demonio podrá tocar lo que no le pertenece por ser contrario a su naturaleza. Si nos han dominado fue por nuestra desidia y conformismo, por dejarnos llevar, por dejarnos conducir sin hacer nada para impedirlo, por comprar sus baratijas y despreciar nuestro tesoro, por no asumir el coste de nuestra libertad.

En la nueva Gea no habrá lugar para los rebaños, ni cercos, vallas o barreras, ni siervos o esclavos, sino que será en espacio amplio para compartir y crecer. Todos tendrán las posibilidades y derechos de tener un terreno propio, vivienda y trabajo para vivir en una comunidad de Humanos, pues serán los medios indispensables para su mantenimiento y desarrollo, y contarán con el apoyo de las nuevas tecnologías libres que serán implementadas para beneficio de todos convirtiendo la existencia en un disfrute, pues no se vivirá para trabajar sino que se trabajará lo necesario para poder vivir.

Por ello, se terminará con la dictadura de los mercados propios del sistema sionista e imperialista, pues no se producirán bienes para obtener beneficios particulares sino para satisfacer las necesidades colectivas, ni existirán las competencias despiadadas porque serán sustituidas por la colaboración participativa. No tendrá sentido trabajar más para conseguir más dinero, pues todos tendrán acceso a los medios y recursos básicos para poder desenvolverse, así como acceso al conocimiento, que no podrá ser negado a nadie.

La tiranía de los mercados, representado por las grandes corporaciones y multinacionales, será sustituida por un sistema Humano al servicio del Humano. Se producirá lo que se necesita para que llegue a todos por igual y se fabricará solo lo que haga falta, lo que sea útil, sin excedentes ni sobrantes, pues nadie ganará nada con ello y solo crea inestabilidad. Será un sistema equilibrado de fabricación por necesidad, nada de productos inútiles, de obsolescencia programada, de especulación de precios, ni de privilegios de unos pocos.

El Humano frente a su Humanidad. Cuando los recursos son compartidos por todos y a nadie se deja atrás, no habrá nada por lo que pelear y mucho por construir, como el goce y el disfrute de convivir en una existencia armónica llena de matices y oportunidad, abriendo nuevos caminos, expandiendo las fronteras y explorando nuevos mundos como verdaderos Seres Humanos, como la vida consciente del universo.

Y este tiempo pasará, como pasa la tormenta, como pasan las nubes grises que impiden ver el sol, como pasa la noche oscura cuando despunta el alba, como pasan las pesadillas cuando canta el gallo del despertar... Pero este tiempo pasará.

Atrás quedarán las guerras, los engaños, robos y mentiras, el abuso, el maltrato y la manipulación. En el nuevo cielo resplandecerá la Verdad que se abrirá paso en nuestros corazones como una llama que todo lo consume. El cristal del entendimiento se limpiará para reflejar el conocimiento del pasado y la gloria del futuro construida en el presente, y una suave brisa se alzará anunciando el espíritu manifestado.

El control de miles de años caerá en un suspiro, como un castillo de naipes, como la torre fulminada por el rayo. Y en poco tiempo la Humanidad se levantará para asumir con responsabilidad su propósito y misión como depositarios de la Consciencia del SER, guardianes de Gea y protectores de la Vida.

Ángel Hidalgo




19 junio 2018

EDUCA 42


Si hay algo en lo que veremos un cambio significativo en el futuro de la Humanidad, en esa Línea 42 próxima a manifestarse, sin duda será en la educación, pues una vez desechado el sistema cabalista representado principalmente por el capitalismo, el mercantilismo y la apariencia de democracia, lo que tomará auge será un sistema Humano, diseñado por Humanos y para Humanos. Ya no para educar en el consumismo y en la producción donde nos preparan para ser unos buenos ciudadanos que trabajan, consumen y pagan sus impuestos, sino en la cultura y la libertad donde nos desarrollamos como Seres Humanos que comparten, disfrutan y participan de sus valores y principios naturales inherentes a su Humanidad.

Los niños y adolescentes de hoy son los hombres y mujeres del mañana, sobre los que descansará el peso de la comunidad, su continuidad y la responsabilidad de sus valores. Invertir en una educación digna, expansiva y equilibrada no solo es necesario por el bien de nuestros hijos sino que es nuestro deber para garantizar el mejor futuro para la Humanidad. Y la mejor manera de educar a nuestros hijos es trasmitiéndoles nuestras virtudes y valores, fundamentados en un alto grado de conocimiento y acompañados del mejor ejemplo.

La educación del futuro no será fundamentalmente teórica como lo es ahora, sino orientada hacia la observación y la práctica, convirtiéndose en un continuo descubrimiento y experimentación. Existirán centros altamente equipados para impartir la enseñanza, pero no será encerrados en aulas donde estarán la mayor parte del tiempo deseando que pasen la horas para poder salir, sino en las calles, en los jardines, en las fábricas, en los laboratorios, en los museos, y en bosques, playas y ríos donde puedan sentir el contacto con la naturaleza.

La enseñanza será una aventura para el niño y no un suplicio sentado en un pupitre en el que no se puede mover, será un continuo descubrimiento entre juegos y risas, y no aburridas charlas sobre épocas pasadas con la seriedad de un sermón. Los exámenes no serán necesarios pues estarán en continua evaluación y experimentación. La enseñanza será proactiva, participativa e inclusiva, con ánimo de compartir y crecer, incentivando la imaginación, la creatividad, escuchando para poder ser escuchado, respetando para poder ser respetado y esforzándose en entender para poder ser entendido.

La enseñanza no irá encaminada solo hacia el desempeño de un trabajo o profesión como si fuera una máquina o unidad de producción. La enseñanza será integral y expansiva, pensada para formar Humanos y no simples trabajadores o ciudadanos. Las Ciencias y las Artes tendrán un lugar preponderante, el conocimiento y la investigación de la realidad serán bienes apreciados y de interés general; el Arte, como la música, la pintura o la escultura, será promovido en todas sus formas como cualidades de expresión cultural, y el auto-conocimiento y la expansión de consciencia serán el eje central de toda enseñanza y actividad. Pero, eso sí, con especial atención a que cada uno desarrolle su creatividad e instinto vocacional.

Los profesores y educadores no serán solo expertos en determinadas materias, sino buenos comunicadores, con capacidad de empatizar y seleccionados por su gran consideración hacia los demás. Serán ricos en Humanidad y no solo en conocimientos. Además, tendrán dotes de orientación para poder detectar y potenciar la vocación y capacidades innatas de sus alumnos.

Pero la educación no dependerá solo de ellos, sino que continuará en el hogar, con los padres, con la familia, con la amistad. La educación no puede ser solo para cumplir un horario y nada más, sino que será una necesidad a cubrir en cualquier momento y lugar. La enseñanza y el aprendizaje no tienen edad, pues no hay nada más placentero y de mayor interés que continuar aprendiendo y esforzarse por mejorar, tanto en lo interior como el exterior, creando Humanidad.

Ángel Hidalgo



10 junio 2018

SIN CONTEMPLACIONES


Cuando el mundo te asfixia y la necesidad aprieta hay que dejarse de contemplaciones y ponerse manos a la obra. No se puede permanecer impasible ante el dolor del maltratado, el sufrimiento del despojado y el grito del oprimido. Basta ya de soportar embestidas a pecho descubierto, ni de aceptar excusas de un gobierno que a nadie convence. La paciencia se agota y no es hora de lamentos ni de retroceder, sino de acción, de unirnos en un mismo propósito común, de hacer valer nuestros derechos y tomar el poder que nos pertenece.

No consentiremos más gobiernos inhumanos que venden la patria, sus tierras y sus pueblos al mejor postor. No consentiremos más sistemas cabalistas de miseria, expolio y esclavitud. Los sionistas y todos sus lacayos obedientes y corruptos deben ser removidos de sus puestos de poder y juzgados por traición a la Humanidad.

No merecen ninguna consideración quienes siendo representantes del pueblo y cobrando por ello no cumplen con su deber sino con sus amos en la sombra. ¿A quiénes representan? si nos engañan y manipulan con todo el descaro y la impunidad que sus cargos les otorga. Que no se escuden en sus representaciones ni mayorías cuando son dos o tres los que deciden y los demás obedecen, ni se atribuyan hablar por la voluntad del pueblo cuando los despoja de sus tierras, de sus casas, de sus trabajos y recursos. ¿Cómo puede ser esa la voluntad del pueblo? No es la voluntad del pueblo, sino la de sus amos a quienes representan.

Tenemos la fuerza del número y los medios a nuestra disposición, lo único que necesitamos es la determinación y la voluntad, y lo más importante, la unión. Saber abandonar las pequeñas diferencias de opinión y tener la suficiente consciencia y responsabilidad para dejar de lado lo poco que nos separa para sumar en lo mucho que nos une. Tenemos mucho por ganar y muy poco que perder, pues hasta lo poco que tenemos nos será arrebatado si no hacemos nada.

¿Qué es lo que todos queremos? ¿Qué es aquello a lo que cualquier ser humano aspira y necesita, sino es la paz, la justicia y la libertad? ¿Acaso no queremos todos vivir con dignidad en nuestras tierras, en nuestras casas, con nuestras familias, con nuestros pueblos y nuestra cultura? ¿No es vivir dignamente donde las necesidades básicas estén cubiertas y el respeto mutuo sea la norma de vida, donde la diversidad sea nuestra riqueza y la consideración hacia el prójimo lo natural porque es lo que nace de nuestros corazones?

Pues bien, por todo eso hay que luchar y ganarlo a fuerza de unión y voluntad. Nadie nos lo va a regalar sino peleamos por ello, lo exigimos y tomamos lo que es nuestro por derecho de vida. El silencio nos hace cómplices de la maldad y la inacción termina haciéndonos esclavos del poder por no defender nuestros derechos, pero un pueblo unido que lucha por su dignidad no puede ser contenido, es invencible, y cuando se alza con una sola voz hasta las piedras despiertan a su paso.

Seamos Humanos verdaderos y actuemos como tales, sin importar los personalismos y otras nimiedades. Caminemos juntos con un propósito común y un solo corazón. Abandonemos el miedo y mantengamos la frente bien alta, porque estaremos escribiendo la historia del Ser Humano que expulsó a los demonios, buitres y demás carroñeros, y que se liberó de su yugo para fraguar su propio destino como Humanidad libre, justa y verdadera.

Se acabaron las medias tintas, las consideraciones engañosas y las contemplaciones estériles. Es tiempo de acción y ejecución, no queda tiempo para nada más. Todo se define en estos momentos y cada día que pasa caen y mueren humanos por nuestra desidia e inactividad. Luchemos en todos los frentes y con las armas que dispongamos, cada cual como mejor pueda y desde la posición que ocupe, pero juntos y unidos con un propósito común, por un mundo mejor y más Humano, antes de que no exista nada por lo que luchar.

Ángel Hidalgo



03 junio 2018

HUMANO Y HUMANIDAD. EL INDIVIDUO Y EL COLECTIVO


Obviamente, el colectivo es una extensión del individuo, así como la humanidad lo es también del ser humano. A muchos les gustaría que la sociedad cambiara, pero la sociedad está formada por la suma de las parte que la componen, que somos todos y cada uno de nosotros. Pensamos que la sociedad es la que nos hace ser como somos, por la educación, por la cultura, por las creencias, las costumbres y tradiciones... y hasta cierto punto es así, siempre y cuando adoptemos de forma mecánica e inconsciente los arquetipos que la forman y el sistema reinante. Pero siempre tenemos margen de maniobra para elegir, pues en última instancia somos nosotros como individuos los que decidimos lo que hacemos o dejamos de hacer.

No digo que seamos completamente libres, ya que esta cualidad implicaría poder hacer cualquier cosa conociendo todas las posibilidades y con total consciencia, pero sí tenemos la capacidad de, primero, cuestionar lo que hay, y segundo, elegir si hacer o no hacer lo que nos dicen aunque sea lo que haga la mayoría. Y no solo tenemos esa posibilidad de elección, sino también la de hacer lo que podamos para cambiar las cosas.

El sistema debe estar al servicio del individuo y no al revés. Si una cosa sirve y nos hace prosperar, se mantiene y protege, pero si algo nos limita, nos aprisiona y perjudica, simplemente no sirve, y por tanto, se debe cambiar. Todo cambio empieza por el individuo, y si tiene la suficiente fuerza, apoyo y respaldo, termina extendiéndose, trasladándose a todo el colectivo una vez alcanzada la proverbial masa crítica. Esto se entiende perfectamente, sin embargo a la hora de la verdad resulta muy difícil de aplicar, pues nos contentamos diciendo que nos gustaría que las cosas cambiaran, que estamos de acuerdo o no con esto o con aquello, que ojalá alguien haga algo... pero muy pocos son los que verdaderamente accionan al respecto y se convierten en precursores de dicho cambio.

Indudablemente no solo vale estar de acuerdo o no con una idea, pensar no nos compromete y hablar cuesta poco, pero accionar en consciencia y ser consecuente con lo que se piensa y dice, cuesta más. No todos están dispuestos a ser coherentes y responsables para llegar hasta las últimas consecuencia y como dice la máxima: “Para pasar del dicho al hecho, siempre hay un trecho”. No obstante, la única forma de cambiar algo es llevar a la acción lo que se piensa y siente. En la mente cualquier idea puede parecer fácil y sencilla, pero para que se plasme en lo físico necesita de la acción y finalmente de su correcta ejecución.

Hacer las mismas cosas nos lleva al mismo resultado, el cambio requiere de nuevas acciones. Al principio puede parecer difícil, pues hay que vencer la fuerza de la inercia que nos induce a seguir repitiendo lo mismo, vencer esa resistencia o fuerza de fricción que impide impulsar un nuevo movimiento. Pero luego, una vez conseguida la acción, solo necesita de una constancia para ser mantenida, ya que termina siendo incorporada como algo natural. Es más difícil mover una roca en estado de reposo, instalada, que mantenerla en movimiento una vez conseguido que se mueva.

La Nueva Humanidad no surgirá del conformismo, sino del arrojo y la acción de individuos que toman su responsabilidad actuando en consciencia. La Nueva Humanidad no surgirá del desencanto pasivo que sigue haciendo lo mismo que hacen los demás, sino del Humano consciente y libre que lucha por sus ideales y consigue romper sus cadenas. La Nueva Humanidad no surgirá de amorosas intenciones que se queda en buenos pensamientos y bonitas palabras, sino en la práctica y ejecución de sus más altos principios plasmados en actos.

El Humano con mayúsculas no será aquel que solo piensa en su interés y se desvive por cumplir sus deseos, sino el que actúa con consideración a su prójimo y se ocupa en cubrir las necesidades. No será quien mire únicamente por su propio bien y beneficio, sino quien anteponga el bien común al suyo propio y personal. Ni será el que todo lo acepta y acata, sino el que de forma continua revisa, comparte y mejora.

Cada individuo, cada humano que no se conforma y somete, sino que se cuestiona, se esfuerza y mejora a sí mismo y su entorno, es un paso ganado a la inconsciencia que se convierte en referente y faro de otros. Son los individuos los que forman el todo, es la suma de las partes las que suben el piso cuando van ganando con sus acciones terreno a la inconsciencia. Y no se debe subestimar cada paso dado como insignificante o que sea en balde, pues todo suma y revierte en el conjunto para alcanzar la masa crítica que deparará en la Nueva Humanidad. ¿Quién puede decir si acabar con una mentira o un simple acto ejecutado con generosidad y consciencia no será el detonante que pondrá en marcha las acciones en cadena que lo cambie todo?

Ángel Hidalgo