Hubo
una vez, hace mucho mucho tiempo, que me imaginé un universo.
Algunos dicen que fue un deseo, otros dicen que fue necesidad. No
importa, fue un acto de Voluntad.
¿Por
qué lo hice? No me pregunten. Tal vez algún día lo averigüen...
seguro que algún día lo averigüarán.
Me
imaginé un universo y al imaginarlo se hizo realidad, porque al
soñarlo simplemente lo cree. Sí, tengo esa facultad, como la
tenemos todos, pues yo soy todos y todos sois yo.
Hice
acopio de las energías necesarias y se pusieron en movimiento
fuerzas como una sinfonía armónica y consciente dirigidas por un
centro, un centro de gravedad que unos llaman corazón y otros
simplemente Amor. Aunque tampoco importa su nombre, solo saber que el
principio viene del Caos y éste necesita de un Orden para poder
existir. Solo el Amor y por Amor se crean cosas bellas e inmortales,
y sin Amor nada puede prosperar, ni crecer, ni perdurar.
Surgieron
espacios infinitos y galaxias, estrellas y luceros prendían y
alumbraban la silente y durmiente progenitora: su madre la Oscuridad.
Y así fue anunciando el principio activo, la Consciencia que
avanzaba en su despertar.
No
había límites, ni reservas. Solo había que crear y volver a crear
por espacios infinitos y tiempos que no son tiempos, sino más
espacio por doblar y desdoblar.
Y
me convertí en todos, en una miríada de puntos focales para poderlo
contemplar y experimentar.
Algunos
creen que este universo está terminado, pero no ha hecho más que
empezar, pues mi mayor Obra fue la Vida Consciente del universo, sois
vosotros mi mayor creación, y a través de vosotros mi Obra
continúa, siempre continua y siempre continuará.
Hubo
una vez, hace mucho mucho tiempo, que me imaginé un universo.
Algunos dicen que fue un deseo, otros dicen que por necesidad. No
importa, fue un acto de Voluntad.
¿Por
qué lo hice? No me pregunten. Tal vez algún día lo averigüen...
seguro que algún día lo averigüarán.
Ángel
Ángel