17 marzo 2019

EL SUEÑO


El sueño siempre nos han acompañado,
eterno camarada del otro lado
que nos hace habitar mundos compartidos,
uno para soñar y otro para vivir lo soñado,
pues no hay ningún sueño malogrado
sino aquel que dejamos olvidado
en el espacio entre dos latidos.

Es el sueño nuestro propio portal
hacia el fondo de nosotros mismos,
que igual nos conduce a los abismos
que nos eleva del estado mortal
para mostrarnos sin espejismos
lo que somos en lo esencial.

Mundos de deseos y fantasías,
de anhelos, tristezas y alegrías,
parajes extraños y extravagantes,
lugares familiares no vistos antes
y el recuerdo del niño que fuimos.

Sueños pequeños y sueños grandes,
sueños que limitan o expanden,
sueños que, sin recordar siquiera,
no es extraño sentirlos y que nos manden
sus impulsos que nos dirigiera,
aunque parezcan una quimera.

Sueños para vaciar, sueños para llenar,
sueños de blancos, grises y rojos,
sueños que oscurecen y para iluminar,
sueños de futuras risas y pasados enojos,
sueños de nueva magia con la que crear
y todo un universo por experimentar
con solo abrir y cerrar los ojos.

Y qué es esta existencia, me pregunto,
sino un lugar por donde transitamos,
dormitando, y mientras despertamos,
en este gran escenario conjunto
nos creemos lo que somos... pero soñamos.


Ángel Hidalgo