01 abril 2018

EJECUCIÓN


Según el diccionario, se define la ejecución como “la realización de una acción en cumplimiento de un proyecto, un encargo o una orden”. Se trata de llevar a consumación o cumplir lo que se ha puesto por obra. Por tanto, si accionar es llevar a la acción lo que se piensa y siente en cumplimiento de una necesidad, la ejecución consiste en la realización de dicha acción llevándola a su terminación.

En principio pudiera parecer que la acción se confunde con la ejecución, pero no son la misma cosa, sino una consecuencia, ya que accionar es dar comienzo a los actos para llevar a cabo un propósito y con la ejecución buscamos la finalización de éste llegando a su consumación. Cuando Accionamos estamos llevando a la obra o materializando la consecución de una necesidad y cuando Ejecutamos estamos finalizando el resultado de las acciones emprendidas, dándole así cumplimiento. Claramente, no podría haber una ejecución sin una acción previa. Primero se acciona, luego se ejecuta.

Un ejemplo ilustrativo podría ser cuando nuestro accionar nos ha llevado a crear una composición musical, entonces escribimos la partitura con sus notas teniendo en cuenta los instrumentos que intervendrán, y cuando estos instrumentos han sido reunidos y todo está dispuesto, es entonces que pasamos a la ejecución que sería tocar la pieza musical, llevarla a efecto, realizarla como obra consumada.

Uno de los mayores problemas que presenta la consecución de esta llave es que a menudo no se llega a ejecutar, terminando así lo empezado, pues son numerosas las veces que se emprenden acciones por aquí y por allá que se pierden en el camino, que se difuminan y terminan en nada, no concluyendo la intención inicial con el cumplimiento del propósito final. En ocasiones porque las acciones emprendidas no fueron las mejores, pero también por los desvíos y la falta de constancia. La ejecución precisa de las acciones adecuadas y éstas deben ser mantenidas con consciencia y perseverancia, de lo contrario la ejecución final brillará por su ausencia.

La Ejecución debe estar avalada por la Certeza, y en la medida de lo posible por la experiencia, para no ejecutar desde una creencia o suposición, ejerciendo un daño en vez de un bien mayor. Ejecutar exige un ejercicio de consciencia, considerando al prójimo como a ti mismo, pues una vez ejecutado puede que no haya vuelta atrás. No en vano esta llave se consigue después de haber recorrido las cinco primeras de la Certeza, la Coherencia la Impecabilidad, la Consideración y la Acción, pues solo así estaremos capacitados para ejecutar conscientemente y hacernos cargo de sus consecuencias. Todo se rige por consciencia y responsabilidad.

A pesar de todo, la ejecución es un acto necesario para dar término y concluir aquello que nos hemos marcado como objetivo y propósito, siendo de verdaderos Humanos asumir la responsabilidad que nos compete y terminar lo que se empieza, pues Ejecutar representa la manifestación de la voluntad puesta al servicio del Ser, concretando las acciones necesarias para que lo interior tenga su reflejo en el exterior y el Espíritu se exprese en la materia.

Ángel Hidalgo



1 comentario: