07 julio 2018

VIVIR EN LA NUEVA HUMANIDAD

En verdad que resulta difícil transmitir cómo será vivir en la Nueva Humanidad sin que parezca la imaginación desbordada de un ingenuo infante o las fantasías de un loco. Si expusiera un panorama general con todas las maravillas que nos aguardan como Humanos verdaderos, sin remilgos ni cortapisas, seguramente no me creerían y sería tomado como los desvaríos de un enajenado; pues estamos tan habituados a vivir esta farsa y con tan penosas condiciones que muchos hasta han olvidado lo que sentían cuando aún eran niños, cuando el mundo era hermoso y la vida una gran aventura cada día al despertar.

Es una lástima que ese niño interior haya sido sepultado entre tantas capas de programación, de imposiciones, de rigideces, de miserias propias y ajenas, condenándonos a vivir una vida de adulto, con sus penalidades, sus obligaciones, su seriedad y su aburrimiento. Muchos incluso luchan y protestan contra todo lo que consideran una injusticia, una carga y una cárcel, luchan contra el sistema político, luchan contra las religiones, luchan contra el opresivo sistema económico y financiero para que cambie un poco las cosas; pero no se atreven a ir más allá, no se atreven a soñar, no se atreven a vivir su sueño, no se atreven a seguir aprendiendo como niños, a vivir como Humanos, porque lo consideran irreal.

¿Y si les dijera que no es un sueño, que es el recuerdo de un futuro, que existe y ya pasó, que se puede, y que todo futuro recordado sirve para modificar nuestro presente, para tomar las decisiones correctas, para emprender las acciones oportunas?

Pero claro, todo esto es de locos, me he salido de la caja y tengo que volver a mi racionalidad, tengo que poner los pies en el suelo, la vida es lo que hago todos los días: levantarme para ir al trabajo, preocuparme en ganar dinero, alimentar, educar y ayudar a mis hijos, pagar la casa y los impuestos, y sobrevivir de la mejor manera soportando los pesares. ¿Cómo voy a preocuparme en nada más?... Y así aceptamos, nos conformamos, bajamos los brazos y alimentamos y mantenemos nuestra realidad. No queremos aprender que los pies deben estar en el suelo pero los ojos están arriba en la parte más alta para ver más lejos, y el corazón está en el centro para guiar nuestros pasos.

Vivimos en una realidad que no es nuestra, en una Matrix que nos han impuesto y hemos terminado adoptando, una realidad ficticia de la que nos quejamos y renegamos, pero de la que no queremos despertar. Pues despertar no es solo conocer lo que está oculto, no es solo saber de manipulaciones y control, despertar es tomar consciencia y actuar en consecuencia con responsabilidad y coherencia, y eso cuesta, cuesta tanto que lo tratamos de evitar y buscamos a otros que nos enseñen el camino fácil, que nos digan qué hacer, que nos ayuden a despertar, que enciendan la luz, que nos guíen y nos liberen, que ya estamos hartos... Pero cuando alguien nos dice que el trabajo es de cada uno, personal e intransferible, propio y con esfuerzo, enfrentando nuestras luces y nuestras sombras que habitan en nuestro interior, entonces, nos desencantamos, buscamos otra cosa, y rogamos porque alguien, algún día, nos libere y libere a la humanidad.

Y ahora, ¿se imaginan una Humanidad en la que todos hayan despertado, actuando con consciencia y responsabilidad, sin ocultar el conocimiento y con todas las posibilidades para ser Humanos de verdad? ¿Se imaginan una Humanidad compuesta por habitantes con la inocencia de un niño y la sabiduría de un anciano, compuesta por Humanos que viven en paz y armonía, participando todos de los recursos habidos y por haber y compartiendo alegremente tanto lo material como lo espiritual? ¿ Todo ello, además, sin las mentiras del pasado ni la corrupción de los mandatarios, sin padecer un sistema laboral esclavo, sin la falta de los recursos básicos porque a todos les está garantizado, sin carencias de energía o tecnología, sin restricciones de movimiento y fronteras, sin enfermedades provocadas por un sistema insalubre, sin mercados ni corporaciones que manipulen la economía, los productos y servicios, sin entidades financieras que manejen tus recursos, sin guerras ni mercados de armas y drogas, sin tráfico de órganos ni personas, sin artificios que separen por razones de sexo, edad, raza o clase social?

Es decir, si quitamos todo lo que es nocivo y perjudicial, todo lo que nos han impuesto los demonios, todo lo que es inhumano y que solo produce enfrentamientos y división, si ya no existe motivo para competir unos con otros ni causa para enfrentarnos por poseer más que el otro ¿qué quedaría? Pues un nuevo piso de Humanidad para construir un techo tan alto que será grandioso poderlo descubrir. Quedaría el Humano viviendo entre Humanos y sin rastro de maldad, de demonios con sus fabricaciones oscuras de control, abuso y manipulación. Y quedaría una Tierra que acoge a sus habitantes como guardianes de sus recursos, de su flora y de su fauna, de sus secretos y sus misterios que ya no lo serán, de sus civilizaciones internas y de sus visitantes del espacio, del intercambio de culturas y acceso al conocimiento universal. Una Tierra que será el reflejo de un cielo como el que siempre estuvo destinado a ser.

Por eso los invito primero a recordar ese futuro que habita en el fondo de cada Ser, y luego a vivirlo conforme lo sientan, aquí y ahora, en este momento y lugar, de ahora en adelante, tomando las decisiones que deban tomar y las acciones que sean necesarias de emprender, pues no solamente lo estaremos viviendo nosotros como individuos sino que también lo traeremos a manifestación como colectividad, como Humanidad. Y con ello, estaremos cambiando la realidad.


Ángel Hidalgo



1 comentario:

  1. Gracias Angel!!! Siento cada palabra aquí expuesta. Siento que algo maravilloso e inimaginable hay detras del velo. Es verdad que uno sumergido en su ceguera, espera « al guía , al maestro» q nos tome de la mano y nos haga recorrer ese camino Hacia la verdad, sin comprender que ni sentido tendría, ya que la ceguera seguiría allí. La batalla es interna y con uno mismo, con ese q me han implantado pero de a poco voy pudiendo reconocer, y así poder enfrentarlo. Así que ya comencé mi batalla, y cuando caigo por un mal golpe, me recuerdo q tengo el poder. Esto de recordar el futuro que habita en cada ser, me golpeteo el cerebro y desde mi corazón me Impulsó a un « lo sé!»
    Angel, gracias, gracias, gracias de corazón y desde mi niña interior

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