Si
hay algo en lo que veremos un cambio significativo en el futuro de la
Humanidad, en esa Línea 42 próxima a manifestarse, sin duda será
en la educación, pues una vez desechado el sistema cabalista
representado principalmente por el capitalismo, el mercantilismo y la
apariencia de democracia, lo que tomará auge será un sistema
Humano, diseñado por Humanos y para Humanos. Ya no para educar en el
consumismo y en la producción donde nos preparan para ser unos
buenos ciudadanos que trabajan, consumen y pagan sus impuestos, sino
en la cultura y la libertad donde nos desarrollamos como Seres
Humanos que comparten, disfrutan y participan de sus valores y
principios naturales inherentes a su Humanidad.
Los
niños y adolescentes de hoy son los hombres y mujeres del mañana,
sobre los que descansará el peso de la comunidad, su continuidad y
la responsabilidad de sus valores. Invertir en una educación digna,
expansiva y equilibrada no solo es necesario por el bien de nuestros
hijos sino que es nuestro deber para garantizar el mejor futuro para
la Humanidad. Y la mejor manera de educar a nuestros hijos es
trasmitiéndoles nuestras virtudes y valores, fundamentados en un
alto grado de conocimiento y acompañados del mejor ejemplo.
La
educación del futuro no será fundamentalmente teórica como lo es
ahora, sino orientada hacia la observación y la práctica,
convirtiéndose en un continuo descubrimiento y experimentación.
Existirán centros altamente equipados para impartir la enseñanza,
pero no será encerrados en aulas donde estarán la mayor parte del
tiempo deseando que pasen la horas para poder salir, sino en las
calles, en los jardines, en las fábricas, en los laboratorios, en
los museos, y en bosques, playas y ríos donde puedan sentir el
contacto con la naturaleza.
La
enseñanza será una aventura para el niño y no un suplicio sentado
en un pupitre en el que no se puede mover, será un continuo
descubrimiento entre juegos y risas, y no aburridas charlas sobre
épocas pasadas con la seriedad de un sermón. Los exámenes no serán
necesarios pues estarán en continua evaluación y experimentación.
La enseñanza será proactiva, participativa e inclusiva, con ánimo
de compartir y crecer, incentivando la imaginación, la creatividad,
escuchando para poder ser escuchado, respetando para poder ser
respetado y esforzándose en entender para poder ser entendido.
La
enseñanza no irá encaminada solo hacia el desempeño de un trabajo
o profesión como si fuera una máquina o unidad de producción. La
enseñanza será integral y expansiva, pensada para formar Humanos y
no simples trabajadores o ciudadanos. Las Ciencias y las Artes
tendrán un lugar preponderante, el conocimiento y la investigación
de la realidad serán bienes apreciados y de interés general; el
Arte, como la música, la pintura o la escultura, será promovido en
todas sus formas como cualidades de expresión cultural, y el
auto-conocimiento y la expansión de consciencia serán el eje
central de toda enseñanza y actividad. Pero, eso sí, con especial
atención a que cada uno desarrolle su creatividad e instinto
vocacional.
Los
profesores y educadores no serán solo expertos en determinadas
materias, sino buenos comunicadores, con capacidad de empatizar y
seleccionados por su gran consideración hacia los demás. Serán
ricos en Humanidad y no solo en conocimientos. Además, tendrán
dotes de orientación para poder detectar y potenciar la vocación y
capacidades innatas de sus alumnos.
Pero
la educación no dependerá solo de ellos, sino que continuará en el
hogar, con los padres, con la familia, con la amistad. La educación
no puede ser solo para cumplir un horario y nada más, sino que será
una necesidad a cubrir en cualquier momento y lugar. La enseñanza y
el aprendizaje no tienen edad, pues no hay nada más placentero y de
mayor interés que continuar aprendiendo y esforzarse por mejorar,
tanto en lo interior como el exterior, creando Humanidad.
Ángel
Hidalgo
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