10 junio 2018

SIN CONTEMPLACIONES


Cuando el mundo te asfixia y la necesidad aprieta hay que dejarse de contemplaciones y ponerse manos a la obra. No se puede permanecer impasible ante el dolor del maltratado, el sufrimiento del despojado y el grito del oprimido. Basta ya de soportar embestidas a pecho descubierto, ni de aceptar excusas de un gobierno que a nadie convence. La paciencia se agota y no es hora de lamentos ni de retroceder, sino de acción, de unirnos en un mismo propósito común, de hacer valer nuestros derechos y tomar el poder que nos pertenece.

No consentiremos más gobiernos inhumanos que venden la patria, sus tierras y sus pueblos al mejor postor. No consentiremos más sistemas cabalistas de miseria, expolio y esclavitud. Los sionistas y todos sus lacayos obedientes y corruptos deben ser removidos de sus puestos de poder y juzgados por traición a la Humanidad.

No merecen ninguna consideración quienes siendo representantes del pueblo y cobrando por ello no cumplen con su deber sino con sus amos en la sombra. ¿A quiénes representan? si nos engañan y manipulan con todo el descaro y la impunidad que sus cargos les otorga. Que no se escuden en sus representaciones ni mayorías cuando son dos o tres los que deciden y los demás obedecen, ni se atribuyan hablar por la voluntad del pueblo cuando los despoja de sus tierras, de sus casas, de sus trabajos y recursos. ¿Cómo puede ser esa la voluntad del pueblo? No es la voluntad del pueblo, sino la de sus amos a quienes representan.

Tenemos la fuerza del número y los medios a nuestra disposición, lo único que necesitamos es la determinación y la voluntad, y lo más importante, la unión. Saber abandonar las pequeñas diferencias de opinión y tener la suficiente consciencia y responsabilidad para dejar de lado lo poco que nos separa para sumar en lo mucho que nos une. Tenemos mucho por ganar y muy poco que perder, pues hasta lo poco que tenemos nos será arrebatado si no hacemos nada.

¿Qué es lo que todos queremos? ¿Qué es aquello a lo que cualquier ser humano aspira y necesita, sino es la paz, la justicia y la libertad? ¿Acaso no queremos todos vivir con dignidad en nuestras tierras, en nuestras casas, con nuestras familias, con nuestros pueblos y nuestra cultura? ¿No es vivir dignamente donde las necesidades básicas estén cubiertas y el respeto mutuo sea la norma de vida, donde la diversidad sea nuestra riqueza y la consideración hacia el prójimo lo natural porque es lo que nace de nuestros corazones?

Pues bien, por todo eso hay que luchar y ganarlo a fuerza de unión y voluntad. Nadie nos lo va a regalar sino peleamos por ello, lo exigimos y tomamos lo que es nuestro por derecho de vida. El silencio nos hace cómplices de la maldad y la inacción termina haciéndonos esclavos del poder por no defender nuestros derechos, pero un pueblo unido que lucha por su dignidad no puede ser contenido, es invencible, y cuando se alza con una sola voz hasta las piedras despiertan a su paso.

Seamos Humanos verdaderos y actuemos como tales, sin importar los personalismos y otras nimiedades. Caminemos juntos con un propósito común y un solo corazón. Abandonemos el miedo y mantengamos la frente bien alta, porque estaremos escribiendo la historia del Ser Humano que expulsó a los demonios, buitres y demás carroñeros, y que se liberó de su yugo para fraguar su propio destino como Humanidad libre, justa y verdadera.

Se acabaron las medias tintas, las consideraciones engañosas y las contemplaciones estériles. Es tiempo de acción y ejecución, no queda tiempo para nada más. Todo se define en estos momentos y cada día que pasa caen y mueren humanos por nuestra desidia e inactividad. Luchemos en todos los frentes y con las armas que dispongamos, cada cual como mejor pueda y desde la posición que ocupe, pero juntos y unidos con un propósito común, por un mundo mejor y más Humano, antes de que no exista nada por lo que luchar.

Ángel Hidalgo



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